lunes, 16 de mayo de 2016

CULTURAS ECUATORIANAS

PERIODO PREINCASICO
Numerosas culturas indígenas habitaron el territorio que actualmente comprende el Ecuador durante miles de años antes de que fuera conquistado por los incas. De todas ellas, la que ofrece registros más antiguos es la cultura Valdivia en la costa del Pacífico, donde se han encontrado antiguos artefactos que datan del año 3 500 antes de nuestra era, particularmente en la ciudad de Santa Elena, capital de la provincia del mismo nombre.
Otras culturas como los quiucaras y los cañarís, emergieron en otras regiones de Ecuador, en épocas posteriores a la de los valdivias. Existen sitios arqueológicos importantes en las provincias costeras de Manabí y Esmeraldas y en las provincias andinas de Tungurahua y Chimborazo. Gracias a las evidencias arqueológicas que han sido sacadas a la luz, se sabe actualmente que en el Ecuador ha habido asentamientos humanos desde al menos 4 500 años antes de la llegada de los incas. Algunos afirman que el territorio estuvo poblado desde fechas tan tempranas como el 10 000 antes de nuestra era.
Grandes zonas del Ecuador, incluyendo casi todo el Oriente, permanecen aún desconocidas para los arqueólogos; un hecho que añade credibilidad a la teoría que afirma que el territorio pudo haber estado poblado desde épocas anteriores al 3 500 antes de nuestra era. Recientemente ha aumentado la atención sobre la Amazonía, pero se trata de una región tan remota y densa que tomaría años para que un equipo de científicos logre investigar exitosamente siquiera una pequeñ
 PERIODO INCÁSICO
Imperio Incaico o Los Incas (como nación estado) o Tahuantinsuyo  crearon y desarrollaron una poderosa civilización en el área andina. Fue un estado sudamericano con el dominio más extenso en la historia de la América precolombina.4 Al territorio del mismo se denominó Tahuantinsuyo (del quechua sureño tawantin suyu, «las cuatro regiones» 5 ) y al periodo de su dominio se le conoce además como incanato y/o incario. Floreció en la zona andina del subcontinente entre los siglos y XVI, como consecuencia del apogeo de la civilización incaica,[cita requerida] abarcó cerca de 2 millones de kilómetros cuadrados entre el océano Pacífico y la selva amazónica, desde las cercanías de El Pasto (Colombia) en el norte hasta algún lugar entre el río Maipo, río Cachapoal y el río Maule (Chile) por el sur.
Los orígenes del estado expansivo se remontan a la victoria de las etnias cuzqueñas (Región Sur del actual Perú), lideradas por Pachacútec, frente a la confederación de estados chancas en 1438. Luego de la victoria, el curacazgo incaico fue reorganizado por Pachacútec, con quien el Imperio incaico inició una etapa de continua expansión, que prosiguió con su hermano Cápac Yupanqui, luego por parte del décimo inca Túpac Yupanqui, y finalmente del undécimo inca Huayna Cápac, quien consolidó los territorios. En esta etapa la civilización incaica logró la máxima expansión de su cultura, tecnología y ciencia, desarrollando los conocimientos propios y los de la región andina, así como asimilando los de otros estados conquistados.
Después de este periodo de apogeo, el estado de los incas entró en declive por diversos problemas, siendo el principal la confrontación por el gobierno entre los hijos de Huayna Cápac: los hermanos Huáscar y Atahualpa, que derivó incluso en una guerra. Entre los incas la viruela, traída por los españoles, acabó con el gobernante Huayna Capac, provocó la guerra civil previa a la aparición hispana y causó una disminución poblacional en el Tahuantinsuyo, que antes de la llegada de los españoles contaba con 14 millones de habitantes, mientras hacia el siglo XVIII contara con apenas 1,5 millones de pobladores. Finalmente, Atahualpa vencía en 1532. Sin embargo, su ascenso al poder coincidió con el arribo de las huestes españolas al mando de Francisco Pizarro, que capturaron al inca y luego lo ejecutaron, sin respetar el compromiso y el rescate que les pagó por su vida. Un ruín asesinato 6 . Con la muerte de Atahualpa en 1533 culminó la existencia del Estado de Los Incas. Sin embargo, varios incas rebeldes, conocidos como los «Incas de Vilcabamba», no aceptaron la opresión de los españoles hasta 1572, fecha en que fue capturado y decapitado el último de ellos: Túpac Amaru I.
Los incas abarcaron los actuales territorios correspondientes al extremo suroccidental de
 Colombia en la frontera, pasando por Ecuador, principalmente por Perú, el oeste de Bolivia, la mitad norte de Chile y el norte, noroeste y oeste de Argentina. El territorio estuvo subdividido en cuatro suyos: el Chinchaysuyo (Chinchaysuyu) al norte, el Colla suyo (Qollasuyu) al sur, elAntisuyo (Antisuyu) al este y Constituyo (Kuntisuyu)7 al oeste. La capital del estado fue la ciudad de Qosqo,8 en el actual Perú.












                                       














                  ARTE COLONIAL TEMPRANO

El Arte Colonial (Ecuador)

Los particulares estilos de pintura, escultura y arquitectura que sobresalen en las calles y llenan muchas iglesias y monasterios del histórico Quito nacieron de la Escuela Quiteña Tenemos, en primer lugar, la gran pintura. Todos eso mártires lacerados y gangrenosos (pintados) bajo la torva vigilancia de los mastines del Santo Oficio (Raúl Andrade), sobre los cuales uno se pregunta dónde reside finalmente su valor artístico. Los críticos siglo-ventinos del Ecuador elevan a la categoría de baremo estético la habilidad imitativa, y más que en términos de creación plantean el problema artístico en términos de reproducción (no de la realidad, sino de otras obras de arte). Si algo refleja el arte colonial del medio en que se produjo, no es otra cosa que una total alineación: técnica, cromática, de temas; todo nos remite a una situación existencial poblada de manos indias y mestizas produciendo dioses blancos con todos los detalles blancos exigidos por el blanco colonizador.

El artista Colonial

El artista colonial era quien pintaba y hacia también las artes plásticas, por esa razón, fueron dejadas estos oficios al afán de los blancos pobres, de los mestizos, de los indígenas.

Si escribir era, en tiempos virreinales, un medio de ascender al nivel superior, esculpir o pintar apenas fueron maneras de escapar a la peor condición. Para decir la verdad, ni siquiera puede afirmarse que haya existido un estatuto de artista en la sociedad colonial. Fueron las artes coloniales consideradas como oficios artesanales; como tales constaron, junto a otros oficios, en el programa del colegio popular San Andrés, al comenzar la colonia, y como tales las hallamos, al finalizar la misma, en el programa de enseñanza del taller de los maestros indígenas Sangurima. Por eso no es raro encontrar cuadros sin firma alguna; tan poca importancia se acordaba a la persona del pintor o escultor.
·         El Artista Colonia tenía que limitarse a ejecutar servilmente los pedidos y, como la poesía, la inspiración estaba aquí por demás. En los contratos se estipulaba hasta el último detalle: tamaño, disposición de elementos, colorido, matiz. Las posibilidades del arte de entonces estaban, pues, rigurosamente codificadas, y la libertad del artista era limitada (la libertad era un concepto desconocido en aquel momento cultural).

Obras coloniales

Las iglesias y conventos:
·         Las iglesias y conventos de Quito brindan un prisma envidiable para los turistas al observar el trabajo majestuoso del artista colonial, así como se puede apreciar algunas de las más relevantes piezas de arte religioso y artesanía.
·         La Escuela Quiteña, que floreció en el siglo XVII, está viva y se preserva en los pasillos, claustros, refectorios y patios de los grandes templos religiosos de la ciudad.
Artesanos:
·         Desde tiempo inmemorial, las artesanías creadas por manos diestras y hábiles, transmitidas de generación en generación, han sido un componente esencial de lo que se conoce como "cultura popular". En Ecuador, esta manifestación cultural refleja las tradiciones del país: enigmático, a ratos puro y mixto, urbano y rural, único y comercial.
Primer Patrimonio Cultural de la Humanidad (Centro Histórico):
·         Es el más grande de América. Alberga iglesias, capillas, monasterios y conventos coloniales, plazas, museos y encantadores patios internos, edificaciones republicanas e interesante arquitectura de inicios del siglo XX, además de obras contemporáneas notables que hacen de este un lugar de enorme valor histórico, arquitectónico y estético. Refleja absolutamente todo el trabajo que realizaron nuestros artistas bajo una opresión de la colonia, creando así una serie de obras realmente majestuosas, dando así a Quito el título de Patrimonio Cultural de la Humanidad.
























                  ARTE COLONIAL BARROCO
Desde la llegada de los españoles a América, el número de nuevas ciudades fue en crecimiento constante. La posibilidad de planificar desde el principio el desarrollo urbano de un territorio hizo posible realizar la utopía renacentista, que aspiraba a recuperar el plano reticular del arquitecto griego Hipó damos de Mileto, con calles que se cortan en ángulo recto y manzanas regulares de casas trazadas (a cordel y regla), según dicen las leyes indias.
En todas ellas tuvo una gran importancia la plaza mayor o plaza de armas, centro político, económico y religioso dentro de la cuidad. Pero la conquista no solo fue una empresa militar, sino también religiosa.
Al principio fueron conventos, fundados por órdenes mendicantes, como franciscanos y dominicos, que en ocasiones, levantaron misiones, convertidas también en núcleos de población. Tras las primeras décadas del siglo XVI, plagadas de interesantísimas experiencias arquitectónicas, se emprende la construcción de catedrales.
Tuvo mucho éxito una planta de salón con columnas y bóvedas a la misma altura (Hallenkirchen), que se había utilizado en Europa desde los tiempos finales del gótico, aunque ahora con elementos clasicistas, empleados con cierto anacronismo y arbitrariedad.
Una de las más importantes fue la catedral metropolitana de México, diseñada por Claudio de Arciniega, inaugurada en 1667, aunque se completó más tarde, con las características fachadas-retablo de las iglesias americanas, profusamente ornamentadas. En este templo se funde la planta de salón con la basílica, con cúpula sobre el crucero. Está dotado de columnas y bóvedas como en Europa, pero realizadas con materiales autóctonos, más ligeros, que producen un singular espacio diáfano y escalonado, de una monumentalidad insólita, en una fusión de culturas que caracterizan todo el arte iberoamericano de la Edad Moderna.
La Escuela Quiteña, es como se ha llamado al conjunto de manifestaciones artísticas y de artistas que se desarrolló en el territorio de la Real Audiencia de Quito, desde Pasto y Popayán por el norte hasta Piura y Cajamarca por el sur, durante el período colonial (segunda mitad del S. XVI, XVII, XVIII y primer cuarto del S. XIX); es decir durante la dominación española (1542-1824).
También se la considera como una forma de producción artística y fue una de las actividades más importantes desde el punto de vista económico en la Real Audiencia de Quito.
Se considera que su origen es la escuela de Artes y Oficios, fundada en 1552 por el sacerdote franciscano Jodoco Ricke, quien junto a Fray Pedro Gosseal transforma el colegio San Andrés, en el lugar donde se forman los primeros artistas indígenas.
Como expresión cultural es el resultado de un dilatado proceso de transculturación entre lo aborigen y lo europeo y es una de las manifestaciones más ricas del mestizaje y del sincretismo, en el cual aparentemente la participación del indígena vencido es de menor importancia frente al aporte europeo dominante.
La Escuela Quiteña, es rica en leyendas, belleza y virtuosismo. Incluso llamarla Escuela Quiteña, según los entendidos, es impropio, por la ausencia de una definición de sus características desde la historia del arte. Pero vale permitirse esta licencia en nombre del encanto del paseo y de la creencia generalizada de los orgullosos habitantes de Quito, la capital ecuatoriana. Cuando nos referimos a la escuela quiteña, estamos hablando de la obsesión por el detalle. Echar un vistazo a las obras creadas por el genio colonial quiteño implica estar dispuesto a hacer muecas (a veces de sorpresa, a veces de horror) y también a saborear la obsesión (tan barroca) por el detalle en exceso.








                        


ARTE REPUBLICANO
En los albores del siglo XIX una Venezuela con ánimo independentista se erigía, pero no fue sino hasta la segunda mitad de esta centuria cuando la pintura histórica alcanzó los lienzos de los maestros criollos. Los retratos y otros temas laicos también acompañaron esta tendencia, ya que el

En este período también predominaron el género del paisajismo junto con el realismo, naturalismo y el romanticismo.

Por otra parte, también surgió en esta época una necesidad de organizar los estudios del arte razón por la cual en 1835 se funda la Escuela de Dibujo y Pintura, precedente importante del Instituto Nacional de Bellas Artes, establecido formalmente en 1877.

En el palmarés de artistas de esa época se encuentran los venezolanos formados en las academias del extranjero, que mostraron poca atención a las tendencias vanguardistas de Europa; los llamados pintores primitivos, que eran retratistas ambulantes que realizaban obras por encargo en las comunidades rurales; los pintores de taller, egresados de estudios en los que el trabajo artístico y artesanal tenían la misma jerarquía ; y los extranjeros que vinieron tras la búsqueda de temas exóticos y clientela y trajeron consigo las normas formales de la disciplina artística. 
Entre los extranjeros destacan los franceses Camille Pizarro y Eugène Forjonel, el alemán Anton Goering y el danés Fritz Georg Melbye.
La escultura no fue muy cultivada durante este tiempo. Los pocos escultores que hubo cultivaron los estilos predominantes en Europa como el Neoclasicismo, el Romanticismo, el Naturalismo y el Realismo. 
Realizaron importantes obras aisladas, pero no alcanzaron a lograr un movimiento de importancia. Solo a partir de Guzmán Blanco y con ocasión de fundarse la Academia de Bellas Artes en 1877 se incrementa algo la creación escultórica.



























                       

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